Just Married (3ª parte)
Con tanta foto y nerviosismo mi garganta me pedía a gritos la ingesta de cualquier tipo de líquido para aliviar su estado de sequedad, y a poder ser cerveza o vino ya que estábamos de celebración.
El aperitivo no empezaba hasta las 8 de la tarde y, en compañía de algunos invitados, nos acercamos al bar más próximo para hacer el primer brindis por los novios de los muchos que hicimos ese día.
Cuando nos disponíamos a ir hacia el hotel para iniciar el aperitivo quiso aparecer, de forma tímida, el único invitado que no queríamos ese día: la lluvia, y que ya nos acompañó lo que quedaba de jornada.
Ya convertido en marido y mujer hicimos nuestra entrada en el hotel donde nos esperaban todos los invitados para empezar la verdadera celebración.
Fue una noche mágica, de risas, emociones y mucha pero mucha felicidad compartida con los amigos, la familia y una buena dosis de comida y alcohol.
Mucha gente nos dijo antes del enlace que sería un día que se te pasa volando sin darte cuenta, de gran intensidad, emotividad y alegría a raudales. Les doy toda la razón.
Por razones obvias el 9 de octubre de 2010 pasará a mi historia y se mantendrá en la portada de mi álbum de vivencias personales.
P.D. !!La próxima entrega: Luna de miel… esto promete!!