lunes, noviembre 08, 2010

Just married (1ª parte)

Aunque hace unos años parecía una misión imposible, por circunstancias de la vida y mi manera de ser, ya lo puedo anunciar a los 4 vientos: me he casado (y encima con una mujer fantástica e increíble que me tiene loquito).

Tras más de año y medio de espera, que se pasó bastante rápido, el pasado 9 de octubre se produjo el tan ansiado episodio. El lugar elegido (bueno fue un poco casual también) no podía ser más privilegiado: el Palacio de la Magdalena de Santander.

A pesar de ser una persona aparentemente muy nerviosa conseguí calmarlos hasta pocos minutos antes de la ceremonia civil. Tantas veces me habían preguntado en las semanas previas si estaba nervioso, y cómo es que no lo estaba, que al final me vinieron todos de golpe.

Media hora antes del enlace yo ya andaba dando vueltas y saludando a los invitados que iban llegando y se acercaban a saludarme. Sin darme cuenta los nervios empezaron a hacer acto de presencia y en pocos minutos la corbata empezó a oprimirme la garganta y la boca dejó de salivar. ¡Qué sensación más extraña! Los nervios no querían faltar a nuestro enlace y llegaron sin avisar.

No fui el único que notó que los nervios habían hecho acto de presencia ya que fui la comidilla de los invitados hasta casi terminar la ceremonia civil. Nunca he sabido disimular mi estado nervioso y ese día menos.

Por suerte poco después de las seis de la tarde el responsable de protocolo hizo entrar a los invitados a la sala y nos quedamos solos mi madre y yo, frente a frente con el coche de la novia.

To be continued…

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio