Soy una gamba
Hay que ser torpe para quemarse sabiendo lo que pica el sol. Os pondré en contexto. El sábado, habiendo dormido sólo un par de horas, subí a Rosas y disfruté de una mañana fantástica de sol.
Entre la empanada que llevaba por el sueño y mi poca amistad con las cremas protectoras me "olvidé" de untarme. El resultado fue predecible: por la tarde me dolían los brazos y mi parte frontal era un poema.
Parecía el típico inglés que viene a nuestras costas en verano y viste las chanclas con calcetines blancos. Para completar esta estampa sólo me faltaba una camiseta sin mangas ancha, la tirita en las gafas y un poco de crema after sun en la punta de mi enrojecida nariz.
En el momento del desliz poco te importa no ponerte la crema pero luego maldices que nadie te lo haya recordado. Y más en días como el sábado que soplaba una suave brisa y parecía que el sol no pegaba, pero si que lo hacia.
Han pasado unos días y tengo la nariz un pelín pelada, pero seguro que lo sufriré nuevamente a lo largo del caluroso verano que se nos avecina.
Ahh, y cuando me pongo la crema la cosa tampoco mejorar al 100%. Hay veces que me la pongo con desgana y quedo como una bandera, a franjas rojas y blancas (eso me pasó en una esquiada familiar y fui la mofa durante ese fin de semana).
Así que para evitar ser gambas (y os cocinen a la parrilla con un poco de sal) aconsejo lo que cantó no se que grupo que decía:
"Cuando vayas a la playa no te olvides la cremoalla" (era toalla y he tenido que adaptarlo para que rimara).
Hay que ser torpe para quemarse sabiendo lo que pica el sol. Os pondré en contexto. El sábado, habiendo dormido sólo un par de horas, subí a Rosas y disfruté de una mañana fantástica de sol.
Entre la empanada que llevaba por el sueño y mi poca amistad con las cremas protectoras me "olvidé" de untarme. El resultado fue predecible: por la tarde me dolían los brazos y mi parte frontal era un poema.
Parecía el típico inglés que viene a nuestras costas en verano y viste las chanclas con calcetines blancos. Para completar esta estampa sólo me faltaba una camiseta sin mangas ancha, la tirita en las gafas y un poco de crema after sun en la punta de mi enrojecida nariz.
En el momento del desliz poco te importa no ponerte la crema pero luego maldices que nadie te lo haya recordado. Y más en días como el sábado que soplaba una suave brisa y parecía que el sol no pegaba, pero si que lo hacia.
Han pasado unos días y tengo la nariz un pelín pelada, pero seguro que lo sufriré nuevamente a lo largo del caluroso verano que se nos avecina.
Ahh, y cuando me pongo la crema la cosa tampoco mejorar al 100%. Hay veces que me la pongo con desgana y quedo como una bandera, a franjas rojas y blancas (eso me pasó en una esquiada familiar y fui la mofa durante ese fin de semana).
Así que para evitar ser gambas (y os cocinen a la parrilla con un poco de sal) aconsejo lo que cantó no se que grupo que decía:
"Cuando vayas a la playa no te olvides la cremoalla" (era toalla y he tenido que adaptarlo para que rimara).
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