Hacerse el monologuista no es fácil
Me gustan los monólogos. Si sí, aquel genero donde un individuo se planta solo delante del público con la única arma de su ingenio, bis cómica y generalmente de un micro. Bueno hay casos, como el del gran Miguel Gila que subía al escenario con su teléfono y ya te la liaba.
En los últimos años, he sido acérrimo seguidor de programas como El Club de la Comedia, sobretodo antes que lo presentará Emilio Aragón, o Nuevos Cómicos de la Paramount Comedy. Mira que parece fácil hacer reír a la gente pero seguro que tiene su intríngulis.
En más de una ocasión, y dada mi carencia por el humor, he intentado escribir mis propios monólogos, y he comprobado que no es sencillo conseguir hilvanar tres o cuatro páginas con historias del día a día, de la gente de la calle y que arranquen una sonrisa a quien lo escucha.
Uno de los trucos es que la gente se identifique con aquello que estas contando, que les haya sucedido en alguna ocasión y digan
–Joer, a mi también me pasa o me ha pasado!! (primeras risas)
Por ahí vas por el buen camino pero, claro, no pretenderás pasarte entre diez y veinte minutos hablando del mismo tema, y tendrás que saltar y relacionarlo con otros ítems. Parece fácil pero no lo es.
De que beben los guionistas o los monologuistas? Como se inspiran? Van preguntando por la calle? Son autobiográficos? Se pasan el día en los bares poniendo la oreja a ver si pillan algo gracioso o original?
Las veces que me he afrontado al reto de la hoja en blanco y rellanarla de frases divertidas, te das cuenta que tenemos tendencia a temas absolutamente trillados (las fiestas de adolescencia y juventud, el mundo del matrimonio, los hombres y el sexo, borracheras, fútbol, comportamiento humano…) y te calientas la cabeza buscando alguna idea original.
Coges tu paquete de tabaco y el copazo de whisky (a quien le guste, yo soy más de Baileys, Martini, Ron o en su defecto cerveza) y podrías pasarte la noche rompiendo papeles. Si es que los chinos lo han inventado todo!! Que desespero!
Qué equivocados estamos cuando decimos que el libro de Ana Rosa Quintana lo escribió "su negro" cuando deberíamos decir "su chino o oriental" ya que esta cantado que lo tradujeron de un libro publicado en esa lengua. Porque ya me dirás quien es el guapo que entiende algo de lo que dicen o escriben! Y traducido queda como nuevo.
Alguna noche inspiradilla he conseguido esculpir más de una página con historietas graciosas casi siempre de experiencia propia, pero me coge la pájara (argot ciclístico) cuando tengo que relacionarlo con otras ideas, y mi texto va perdiendo fuerza descartándolo entero, incluido las primeras páginas que habías considerado aptas. Claro, al ritmo de "un pasito palante Maria, dos pasitos pa atrás" no avanzas.
Porque será que se asocia la inspiración del artista, sobretodo los escritores, con la soledad de la noche, el silencio, las copas y el tabaco? Antes más que ahora ya que actualmente muchos de ellos reconocen que se levantan pronto y se imponen una jornada laboral casi monacal para conseguir cumplir los plazos de entrega. Ay, como se van perdiendo los buenos hábitos.
Pongámonos en el caso, hipotético, que después de acabarme la bodega, fumarme el estanco entero y alguno de la risa (y no caerme al suelo al conseguirlo), termino un monologo. Oe oe oe oe!! Saltos de alegría en plena madrugada alzando el texto hacia el cielo y despertando a toda la comunidad a fin de comprobar el efecto de mis paranoias en las caras de mis somnolientos vecinos.
Es que una cosa es escribirlo, harto difícil, y otra es aprendértelo de memoria y teatralizarlo. Aun me acuerdo de la obra de teatro que hice en 3º de BUP donde tenia media hojilla, y hacía, como no, de Doctor. Qué nervios, la voz me temblaba, el texto se me iba y tuve que improvisar de la mejor forma que pude. Nunca llegué a preguntar que tal estuve esa noche.
En muchos casos los actores interpretan los monólogos que otros guionistas han tenido a bien preparar pero yo soy como Palomo "yo me lo guiso, yo me lo como" y ya que he tenido el trabajazo de idearlo hay que salir al escenario a defenderlo. Además podría sacar a relucir mis dotes de interpretación que hasta ahora sólo pongo en práctica en mi vida cuotidiana.
Mientras no vaya a la bodega y al estanco a rellenar la despensa de whisky y tabaco para afrontar las duras noches de hojas en blanco, me seguiré inspirando con los monologuistas que llevan más tiempo y usando este mi bloc como laboratorio de pruebas (hay posts que darían para algún mini monólogo más o menos cómico).
P.D. La preparación de un monólogo no daría para idear un monólogo en si mismo?? Le daré vueltas a la idea. Ya os contaré si progresa…
En los últimos años, he sido acérrimo seguidor de programas como El Club de la Comedia, sobretodo antes que lo presentará Emilio Aragón, o Nuevos Cómicos de la Paramount Comedy. Mira que parece fácil hacer reír a la gente pero seguro que tiene su intríngulis.
En más de una ocasión, y dada mi carencia por el humor, he intentado escribir mis propios monólogos, y he comprobado que no es sencillo conseguir hilvanar tres o cuatro páginas con historias del día a día, de la gente de la calle y que arranquen una sonrisa a quien lo escucha.
Uno de los trucos es que la gente se identifique con aquello que estas contando, que les haya sucedido en alguna ocasión y digan
–Joer, a mi también me pasa o me ha pasado!! (primeras risas)
Por ahí vas por el buen camino pero, claro, no pretenderás pasarte entre diez y veinte minutos hablando del mismo tema, y tendrás que saltar y relacionarlo con otros ítems. Parece fácil pero no lo es.
De que beben los guionistas o los monologuistas? Como se inspiran? Van preguntando por la calle? Son autobiográficos? Se pasan el día en los bares poniendo la oreja a ver si pillan algo gracioso o original?
Las veces que me he afrontado al reto de la hoja en blanco y rellanarla de frases divertidas, te das cuenta que tenemos tendencia a temas absolutamente trillados (las fiestas de adolescencia y juventud, el mundo del matrimonio, los hombres y el sexo, borracheras, fútbol, comportamiento humano…) y te calientas la cabeza buscando alguna idea original.
Coges tu paquete de tabaco y el copazo de whisky (a quien le guste, yo soy más de Baileys, Martini, Ron o en su defecto cerveza) y podrías pasarte la noche rompiendo papeles. Si es que los chinos lo han inventado todo!! Que desespero!
Qué equivocados estamos cuando decimos que el libro de Ana Rosa Quintana lo escribió "su negro" cuando deberíamos decir "su chino o oriental" ya que esta cantado que lo tradujeron de un libro publicado en esa lengua. Porque ya me dirás quien es el guapo que entiende algo de lo que dicen o escriben! Y traducido queda como nuevo.
Alguna noche inspiradilla he conseguido esculpir más de una página con historietas graciosas casi siempre de experiencia propia, pero me coge la pájara (argot ciclístico) cuando tengo que relacionarlo con otras ideas, y mi texto va perdiendo fuerza descartándolo entero, incluido las primeras páginas que habías considerado aptas. Claro, al ritmo de "un pasito palante Maria, dos pasitos pa atrás" no avanzas.
Porque será que se asocia la inspiración del artista, sobretodo los escritores, con la soledad de la noche, el silencio, las copas y el tabaco? Antes más que ahora ya que actualmente muchos de ellos reconocen que se levantan pronto y se imponen una jornada laboral casi monacal para conseguir cumplir los plazos de entrega. Ay, como se van perdiendo los buenos hábitos.
Pongámonos en el caso, hipotético, que después de acabarme la bodega, fumarme el estanco entero y alguno de la risa (y no caerme al suelo al conseguirlo), termino un monologo. Oe oe oe oe!! Saltos de alegría en plena madrugada alzando el texto hacia el cielo y despertando a toda la comunidad a fin de comprobar el efecto de mis paranoias en las caras de mis somnolientos vecinos.
Es que una cosa es escribirlo, harto difícil, y otra es aprendértelo de memoria y teatralizarlo. Aun me acuerdo de la obra de teatro que hice en 3º de BUP donde tenia media hojilla, y hacía, como no, de Doctor. Qué nervios, la voz me temblaba, el texto se me iba y tuve que improvisar de la mejor forma que pude. Nunca llegué a preguntar que tal estuve esa noche.
En muchos casos los actores interpretan los monólogos que otros guionistas han tenido a bien preparar pero yo soy como Palomo "yo me lo guiso, yo me lo como" y ya que he tenido el trabajazo de idearlo hay que salir al escenario a defenderlo. Además podría sacar a relucir mis dotes de interpretación que hasta ahora sólo pongo en práctica en mi vida cuotidiana.
Mientras no vaya a la bodega y al estanco a rellenar la despensa de whisky y tabaco para afrontar las duras noches de hojas en blanco, me seguiré inspirando con los monologuistas que llevan más tiempo y usando este mi bloc como laboratorio de pruebas (hay posts que darían para algún mini monólogo más o menos cómico).
P.D. La preparación de un monólogo no daría para idear un monólogo en si mismo?? Le daré vueltas a la idea. Ya os contaré si progresa…
2 comentarios:
haber hay dos tipos de monologos uno al estilo del programa de flo que es con un guion y donde bueno lo importante es lo bien que interpretes ese monologo y luego esta el que se los inventa que claro logicamente tiene dos meritos uno el crear un monologo que sea entretenido y luego decirlo en publico. Yo pocos consejos te puedo dar porque yo de monologos poco pero supongo que para poder ser un pelin acido y reise de todo del primero que se tiene que reis uno es de si mismo
bueno, bueno este monologo es en realidad buenisimo ya que es un verdadero monologo que representado estaria mucho mejor y gracioso seguramente este monologo por el señor andreu buenafuente seria muy bien realizado, sigue asi me gusto mucho este monologo amiguete.
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